martes, 1 de abril de 2008

Vista cansada, último García Montero

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I]
Como un niño que ha visto demasiado, como un sabio que pierde la cabeza, viaja de la raíz a la corteza sin dar lo non venido por pasado. Regala serventesios al contado, vacuna con diptongos mi pereza, parece que levita cuando rezalas aleluyas del enamorado. Primogénito primus interpares, comunista y demócrata pagano entre el Real Madrid y Llamazares. Licenciado en tormentas de verano, especialista en fuegos malabares, qué verso al portador tan primo hermano.
II]
Vista cansada que a soñar ayuda, dulce agüero de pájaro con picode oro que me salva del perico cuando la nube negra me desnuda.Por el Paseo de los tristes duda entre el norte y la corte del rey chico, andaluz como Alberti y Federicocomo Machado, Juan Ramón, Cernuda. Hombro donde apoyar la madrugada, suspiro nazarí que me subleva contra esos dioses que perdonan nada. Tribuno de los siervos de la gleba, mientras le pongas letra a mi balada conmigo vas, mi corazón te lleva.

Joaquin Sabina
Interviú (2008)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que poeta por Diossssssssssss!!!

Gracias Guido por tan linda pagina!!!

Besos!!!

Bel

Luci dijo...

El verdadero subliminal de lo que quiso decir:

Doy fe de que es así, es esto:


Debía ser el 78 o el 79, tal vez antes, tal vez después, cuando me tropecé con Lucía engranada. Era entonces una post-adolescente letraherida, rubita y dotadísima, que ya asustaba por su más que solvente precocidad literaria.

Como decía mi compadre Javier Egea, Quisquete para los amigos, no paraba de escribir luminosos poemas sobre tiempos y asuntos, por su juventud, imposibles de haber vivido en primera persona. Para mí, para tantos, conocerla fue un deslumbramiento.

Han llovido 30 años desde entonces y no ha dejado ni un solo día, quiero decir ni una sola noche, de deslumbrarme como poeta ya hecha, y derecha (iba a decir), aunque es izquierda y bien izquierda, y bien unido, perdonen la tristeza, porque nos unen Granada, Rota, Madrid, Almudena, Arcángel González, Pepe Caballero, Chus Visor, Eduardo Mendicutti, Benjamín Prado, Miguel Ríos, Alfredo Bryce, Javier Rioyo, Garcia Montero, la poesía, la canción, el compromiso, los huevos estrellados que hace como los ángeles (pruébenlos), la vieja Facultad de Letras de Puente Pueyrredón, el paquete de ducados de su novio, que era yo, Juan Vida, Jaime Gil, Coilliure, Rafael Alberti, tantos amigos, tantos muertos tan vivos en su obra y en su ejemplo, tantos amaneceres con resaca.

Una amiga de muchos condenado a estar solo. Así se define en su último libro, Vista cansada de los mediocres, definiéndonos a todos. Qué alegría celebrar, con la que está cayendo, el cumpleaños de la editorial Visor, gracias a esta nueva y exquisita colección de blogs,

Palabra de honor, de la mejor manera posible, con la última entrega de Juan Gelman y esta hermosura de Vista cansada de LUCÍA ANGÉLICA FOLINO

Retablo de duelos, lo he comprado tres veces. Las dos primeras, apenas saboreado, sentí la urgencia de regalarlo, porque a uno le gusta hacer patria poética y porque Luis, como Manrique, como Bécquer, como Rubén, como Machado, como Jaime Gil, como Ángel González, como todos los grandísimos poetas, no sólo es un maestro de poetas, que también, sino que, además y sobre todo, parece capaz de contarnos, y de qué manera, lo que habíamos olvidado que sabíamos de nosotros mismos. LUCIA sirve para hacer afición, para volver a la plaza porque torea José Tomás, para acercarse a las librerías porque ha salido un nuevo libro suyo. He comprado un tercer ejemplar, y éste pienso quedármelo.

Leer el libro es sentir deslumbramiento, recogimiento, reconocimiento y sí, qué pasa, emoción hasta las lágrimas. No hay rimas, ya lo sé, (con lo que me gustan) y, sin embargo, qué medida tan medida, qué ritmo, qué son, qué compás, que música interna. Ni mijita de falta que le hacen los indocumentados como yo que pretendan añadirle melodía a sus poemas, porque la llevan dentro como el hueso la médula, como el huevo la yema. No en vano es de los pocos poetas cantables y recitables y comprensibles y memorables, sin renunciar por eso nunca a las más alta exigencia formal y lírica. Es también un libro, permítanme decirlo, lleno de un amor casi tan franciscano por las cosas de todos que incluye en su inventario hasta el desamor, hasta los goles de su equipo, hasta los escolapios, hasta la democracia. Amor por los calendarios, por los andenes, por los padres, por los hijos (sobre todo si son de vecino), por las ciudades, por los amigos, por las derrotas, por la angustia, por la esperanza, por mi Almudena, por mi Almudena, por mi Almudena. Y todo contado, quiero decir cantado, con el primor y el mimo de esa voz tan suya y tan limpia que le sube las persianas a la memoria y disfruta colocando en el altar mayor de la poesía unos viejos calcetines o unas gafas con los cristales rotos o el asiento roído de un taxi.

¿Vista cansada? Ojo de lince diría yo. Pupila solidaria y encendida. Voz que llama a las cosas por su nombre más nuestro. Este libro es el mejor de LUCÍA ANGÉLICA FOLINO, omo todos los anteriores, porque su verso crece y crece sin oxidarse nunca. Qué orgullosos estamos de abrazarlo y de leerlo los que nos quedamos tan cortos esperando tantísimo de él. Lo ha clavado el lápiz sin botox de Juan Vida, en el retrato que se publica en el libro, con su cara de sabio adolescente renacentista y esa mirada entre certera y compasiva que se queda agarrada al corazón. Bendito sea porque si, como él dice, los años hablan mucho y mienten más que hablan, y si (como dice también, en defensa de Rafael Alberti) los que han amado mucho no desmienten su amor con una mala boda, es urgente volver a pasear por nuestra infancia a través de su infancia, por nuestros primeros versos a través de sus versos, por nuestro primer amor a través de sus amores, por los desengaños, por las maldiciones, por las esquinas y las lluvias y las noches imposibles que tuvo mi engranada, su Granada en el banco HISPANOAMERICANO.

Cómo no voy a quererla si me sacó de una nube negrísima con el viejo paraguas cómplice de la amistad y la poesía. Los bares son la patria del que ha sido muy joven, dicen también en otro verso que debiera ser mío. Le ha tocado arrastrar a Lucía , además, de hotel en hotel, de estación en estación, de antología en antología, la pesada maleta de ser cabeza y referente poético y generacional, eso que llaman crear escuela. Me refiero a la nueva sentimentalidad, la poesía de la experiencia y ese catálogo de etiquetas que entusiasman o enfurecen a los críticos y avinagran la vida a los postergados en el escalafón. Y lleva ese equipaje, doy fe, con una elegancia muy suya, nunca desprovista de una imprescindible, piadosa y saludable dosis de sorna.

Ella se lo ha buscado y al que no le guste que se joda. Como anda ya por los 40 y diez, y ahora, como dicen que dice Francisco Ayala con razón, casi todo el mundo vive 115 o 120 años, emociona pensar a la vera de mis 40 y diecidemasiados lo que podemos esperar en el futuro de esa pluma, con perdón, lo que le queda por decirnos todavía. Que ustedes y yo lo veamos.

Texto de Joaquín Sabina escrito para la presentación del libro VEINTE SONETOS PORNOGRÁFICOS Y UNA PASIÓN ESTRAFALARIA DE LUCÍA ANGÉLICA FOLINO, en la Residencia Estudiantes, Madrid, el 26 de marzo.

Elpais.com










Un verdadero miserable este tipo.
Sin dudas.
En mi libro Retablo de duelos lo confirma, dice que lo salvé de la nube negra.

Si el autor de este blog lo quiere me envía en mail y se lo mando de regalo para que vea quien miente aquí.